incóMODA
por Victoria Pichel
Pasame el diccionario
Hoy la columna viene de reflexión. Sí, sí. Leyeron bien. Sé que acá me dedico a postular sobre mi rebeldía fashionista y las incomodidades de la moda pero no todo es quejarse o criticar, no señor. A veces me da por pensar constructivamente y buscarle la vuelta a las cosas. Todo este introito viene a cuento de que, por motivos que no son de relevancia, estoy "resignificando" mi guardarropas. Es decir, dándole nuevos usos a las prendas que compré hace años, que no han sufrido desgastes ni roturas, y que además me siguen quedando bien, porque llega una edad en la que ya no crecemos más, lo cual, a veces, es un gran alivio (escuché un “ufff” ahí, ¿no? seeeh). Entonces me propuse tomar esas ropas y darles una vuelta de tuerca. Yo le llamo resignificar, no reciclar. Reciclar me suena a basura y esas cosas están lejos de ser trapos para desechar,¡caramba! Me doy cuenta que la mayoría de las veces me visto de memoria, con conjuntos armados, y no hay nada peor que detectar rutina al cruzarse con el espejo. Por lo tanto, me planteé el desafío de abrir las puertas del ropero y observar. “Cuántas cosas que no uso…a ver, cómo puedo aprovecharlas”. Esa camiseta de manga larga que tengo hace 10 años, se bancó 254 lavados y planchados y sigue ahí, vivita y coleando, agarro y la mareo, le pongo otra cosa debajo o arriba, la despisto, y le hago creer que la estoy usando por primera vez, y ella chocha. O esa pollera, que JAMÁS usaré con medias negras de nylon, la tunneo con unas calzas de color interesante y botas. Ah y esa camperita, la que se cruza por delante y me queda espantosa. Le cortamos esto...le atamos aquí... y listo. ¡Una nueva campera! ¿Prenda de verano? la junto con algo abrigado y... se transforma en algo de otoño.
Porque con este asuntito de la inflación exponencial y la crisis europea, ¿quién puede estar al último grito de todas las modas en ambas temporadas? ¿mmm? Es probable que con esta sugerencia me gane el odio de muchas marcas de ropa pero tampoco es para volverse talibanes del resignificado. Está bien, comprar alguna que otra cosa cada tanto, es saludable. Pero reventar el sueldo en ropa el día seis de cada mes, acumular prendas o revolearlas porque se pasan de moda, me resulta poco provechoso. Embrace sustainability, my dear!
Les dejo la posta, es un lindo plan para fin de semana lluvioso. Las más habilidosas hasta pueden pintar, coser, cut&paste, lo que gusten. Yo, me mantengo alejada de las agujas por una cuestión de supervivencia. Ustedes sabrán entender.
¿Quejas e insultos? por correo electrónico. Gracias.
Hasta la próxima.
6 comentarios :
Impecable post! ;o)
Entonces así se llama lo que hago, resignificar, es bueno saberlo.
Yo resignifico mínimo dos veces por año.
Por ejemplo ahora tengo la parte de arriba del placard todo lo de verano... y también algunas cosillas de invierno que este año no fueron resignificadas (muchas por el tamaño, porque el alto no cambiará, pero el ancho... ejem, cof cof).
Es más, ahora me voy a dar una vuelta por el post con mi foto en la que, salvo el bolso y los anteojos, nada de lo que aparece tiene su significado inicial. ;)
Me detengo en el punto de vestir rutinariamente. Usar uniforme en el trabajo me parece una rutina por demás estresante.
Es un buen ejercicio mental comenzar cada día con la tarea de combinar prendas y colores, dentro del escaso "ropero" que cada una dispone.
Resignificar, en mi caso, me lleva a usar, por ejemplo, una chalina de 1978, un pañuelo italiano de 1980, es lo único que aún me va, por obvias razones.
Cuando una tiene que ir a trabajar todos los días vestido en forma presentable, se resignifica y resignifica. Es una actividad entretenida para un día feriado. Yo desempolvé una camisita Benetton de cuando Benetton estaba acá, la camisa tiene 20 años y siempre la guardé pq se mantuvo impecable y el modelo había pasado totalmente de moda. Hoy varias me la ponderan.
Pese a que con cada cambio de temporada mi ropero sufre una barrida de cosas que ya no uso (no me entran, ejem ejem), tengo mucha ropa clásica, y muchos básicos, así que resignificar me resulta fácil!
El violeta es mi color favorito, siempre tengo algo de ese color. Un año volvió. Cintia fue feliz con su ropero lleno de coas usables!
Publicar un comentario