incóMODA

por Victoria Pichel

Gataflorismo de estación

Ay, esas cosas de la moda que me ponen violennnnta…

Hasta donde yo conozco, en la mayor parte del mundo, cuando es verano hace calor, y cuando es invierno hace frío. Por supuesto, me van a salir con el polo norte, la Siberia, Miami, El Congo y la Antártida. Pero yo dije en la mayor parte del mundo. OK. Hasta ahí estamos de acuerdo. Entonces, yo preciso que alguien me explique -como si fuera limitadita de sesera- por qué, ¡POR QUÉ! la moda impone que se usen botas de cuero en plano verano, cuando hasta la bikini te sobra, y shorts en invierno. ¿Estamos locos, Macaya?

Claro, a las botas estivales las han pensado con un oportuno peep toe (sí, por supuesto, esa aberturita mínima para un dedo hace la diferencia en temperatura, claro), y a los shorts se los acompaña con medias gruesas, bucaneras o calzas double layer para alta montaña. Pero yo sigo preguntándome el porqué de esta movida vueltera. No hay ejército de madres y abuelas que con su “llevate un abriguito” pueda detener esto. Está instaurado. Y yo, como se habrán imaginado, no tolero esta tendencia a desafiar el calendario y bancarse cualquier cosa con tal de estar al último grito de la moda.

Mi sentido común me indica que cuando el termómetro marca más arriba de 30º, me tengo que poner la menor cantidad de ropa posible, dentro de la decencia esperable. Por lo cual, un par de botinetas de cuero estarían descartadas de plano. Y si Nadia en Canal 7 menciona “ola de frío polar en todo el territorio argentino”, yo estaré pensando en pullovers de lana y pantalones abrigados. No shorts.

Los caprichos de marcas y diseñadores hacen que nos olvidemos de un detalle: la ropa nos debe resultar funcional. Con la actitud sola no hacemos nada.

Todo lo demás es pura pose.